Jimena Mora y Talía Vidal, son directoras de Futari Proyectos. Esta iniciativa autofinanciada, creada en 2020, les permite difundir el cine asiático y otras manifestaciones culturales mediante desarrollo de contenidos, conversatorios, talleres y ciclos temáticos.  

Entrevista a Futari Proyectos

¿Cómo nace la iniciativa de Futari Proyectos?

Jimena: Cuando empecé a interesarme por el cine asiático, no encontraba a nadie a mi alrededor. En lo personal, conocer a Talía en la vida fue maravilloso porque nos dimos cuenta que nos interesaban las mismas películas, teníamos las mismas inquietudes, tenemos un sentido estético parecido. Esas bonitas coincidencias nos llevaron a pensar en proyectos juntas. Futari significa dos personas en japonés. Recién llevamos desde el año pasado desarrollando actividades. Se han sumado más personas al equipo: Brandy Moscol como encargada de investigación y Mayra Cobos que es ilustradora. Es maravilloso que ahora seamos cuatro mujeres en el equipo.

Talía: La manera en que queremos difundir nuestros intereses es tratar de compartir una experiencia y que más gente se sume. Una de las primeras actividades que tuvimos fue una muestra de cine nikkei, y después un taller con Docu Perú sobre Naomi Kawase, una cineasta japonesa de la que ya habíamos comentado algunas películas suyas. 

¿Qué líneas de trabajo desarrollan en Futari Proyectos?

Futari Proyectos Un espacio para la difusión del cine y la cultura asiática en Perú proyeccion

Talía: Lo central es la difusión del cine asiático, a través de la docencia con talleres, por ejemplo. Otra manera es con conversatorios. También desde la investigación, estamos interesadas en el cine asiático hecho por mujeres. Además, publicamos en nuestras redes sociales sobre otros contenidos culturales (películas, mangas, arte pictórico, danzas, etc.)

Jimena: Algo que queremos seguir haciendo es la curaduría y programación de muestras de cine. Tuvimos una muestra virtual de cine nikkei que nos tomó mucho tiempo. Encontramos muchos cortometrajes hechos por directoras y directores de la comunidad nikkei, principalmente documentales y cine experimental. También nos dimos cuenta porque es un interés personal, que la gastronomía es un hit. Hemos abierto una nueva sección en Futari: Platillos con palillos. Cada sábado vamos a compartir la historia de un plato tradicional, la receta y la manera de adaptarlo en Perú. Es otra forma de compartir una experiencia. Esos son los pilares de trabajo de Futari Proyectos.

Además del cine japonés, ¿qué otras cinematografías asiáticas les interesa difundir?

Jimena: En el taller que tenemos de cine hecho por mujeres asiáticas y de los talleres que he trabajado con Docu Perú, he conocido algunas directoras de Pakistán e Irán, también nos interesa mucho Tailandia y el sudeste asiático: Vietnam, Camboya y Birmania. Aunque el problema es el acceso a estas películas, sobre todo por el idioma.

Talía: Es un camino que vamos avanzando juntas. Si bien nos unió el cine japonés, vamos explorando otras cinematografías asiáticas. Como compartimos una mirada parecida, nos llena de emoción descubrir las cosas en equipo.

¿Cómo se acercaron al cine asiático?

Talía: Viendo algunas de las últimas películas de Kurosawa. Vi Los sueños a inicios de la universidad. Ya me interesaba la cultura japonesa. Comencé por el cine clásico, después por el  cine más contemporáneo o el cine de la nueva ola, que nos gusta mucho. Recién hace cinco años descubrí el cine de animación. 

Jimena: Cuando estaba en la universidad vi un afiche de una muestra de cine en la Asociación Peruano-japonesa. Fui y algo pasó conmigo que no hubo vuelta atrás. La primera película que vi era una película en 16 mm – que no he vuelto a encontrar. Era la historia de un abuelo que cuida un faro y a su nieto. Comencé a ir a la asociación para ver más películas y comencé a investigar sobre teatro japonés, etc. Todavía es muy difícil acceder a estas películas. Actualmente, solo en algunas plataformas se pueden conseguir.

¿Cómo es la relación del público peruano con el cine asiático?

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Talía: Hay un gusto del espectador peruano por el cine de terror. Por ahí es un género atractivo. En el plano menos comercial, hay mucha gente que conecta con películas de autores como Wong Car Wai o cine taiwanés o hongkonés. Eso lo hemos notado por las personas que se inscriben en los talleres. Por lo que hemos ido descubriendo, hay mucha más gente de la creíamos que le gusta el cine asiático. 

Jimena: Me sorprendió cuando me ofrecieron dictar un curso de cine asiático y se llenaron las inscripciones. Creo que ahora con el boom del cine coreano, del j-pop, del k-pop, de la animación, hay mucho más interés en lo asiático, no sé si a mucha gente le interese el cine de autor o el cine independiente. Yo trabajo con cine de autor porque es el que a mí me gusta y el que comparto. Pero creo que el acercamiento de mucha gente al cine asiático ha sido a través de la cultura popular, de la música,  de los doramas, hay muchas plataformas y muchos espacios para ver cine asiático, como las películas de Miyazaki o Parasite que ya lo expandió todo. El ‘soft power’ japonés y coreano es fuerte en ese sentido.

¿Ven alguna influencia del cine asiático en la producción cinematográfica peruana?

Talía: Eso fue lo que descubrimos en la muestra, fue parte de nuestras inquietudes. Teníamos muchas preguntas. Si es que existe una estética asiática, si esta puede ser exportada a otros países. En esta muestra de tres días invitamos a colectivos de jóvenes nikkei y con ellos nos cuestionábamos qué cosa era el cine nikkei. Más allá de encontrar una respuesta, lo importante era abrir el debate. Lo mejor de esa muestra fue saber que no había una respuesta porque es muy compleja de responder, pero que son necesarias hacer las preguntas.

Jimena: Quizá la película que más claramente muestra esta fusión es Hatsu, de Rita Prieto, que aborda el tema de los antepasados migrantes y la identidad japonesa. Esa es la película que podría representar una búsqueda por hacer un cine que llegue a festivales o a otros circuitos. En el Perú es una de las muestras más claras. Un caso aparte es el de Aldo Miyashiro, que es nikkei y hace cine, pero es un cine comercial. Eso lleva a preguntarnos otra vez qué es el cine nikkei, si lo es por quién lo ejecuta o por la temática. También encontramos en la muestra a cineastas peruanos, pero que en sus propuestas artísticas tenían elementos japoneses. 

Talía: Takehara, por ejemplo, es un cortometraje sobre un señor que se dedica al arte del bonsái. Tiene una propuesta contemplativa y tiene una estética y un trabajo con el sonido que parece japonés, pero te preguntas si eso es lo único japonés. Debemos evitar caer en etiquetas. 

Jimena: No hay una influencia del cine asiático en el cine peruano. O no es tan evidente. También tenemos La espera de Ryowa. Tiene mucho de contemplativo. Te remite a cierto cine asiático. Una de las directoras es nikkei. Ella no está imitando, sino por herencia tal vez, está tomando ese estilo en el uso de la cámara y en la edición.

Talía: Lo interesante es que recién se está debatiendo. Nos gusta abrir espacios para que dentro de algunos años se pueda ver un panorama más claro. Todavía no hay un lugar en donde se reúnan todas para ver y entender este fenómeno. Cuando hicimos la muestra, los mismos colectivos no habían visto cine nikkie, a diferencia de la literatura. Al hacer la curaduría, pudimos hacer paralelos, sacar conclusiones. A partir de estos intentos es que se podría tener una mejor respuesta.

¿Qué películas o cineastas recomiendan conocer del cine asiático?

Jimena: Recomendaría Mujer en la arena, de Hiroshi Teshigahara. De directoras recomendaría The house is black, de Forough Farrokhzad, un documental sobre un leprosorio. Fue la única película que hizo.

Talía: Naomi Kawase es un buen comienzo, porque es la directora que nos ha unido. Katatsumori es una de las películas que nos gusta mucho de ella. También a Naoko Yamada, directora de Una voz silenciosa, una película de animación que trata temas como el bullying y el suicidio en el colegio. Son pocas las veces que se ve a una autora usando el formato de animación. Justamente lo que nos interesa es cuestionar esas barreras.

Perfiles de Futari Proyectos

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Jimena Mora Álvarez

Magister de la Universidad de Artes y Diseño de Kioto, Japón. Co-directora de Futari Proyectos y editora principal y miembro directivo de la Asociación DOCUPERU. Gestora cultural y organizadora de diversas muestras de cine asiático. Invitada como ponente en conversatorios sobre Cine Japonés en espacios culturales y en la Jornada Cultural de Japón de la PUCP, en la Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África, ALADAA 2019. En el año 2020, co-dictó junto a Talía Vidal, el taller Universo Kawase: el cine como depósito de memorias para Futari Proyectos y la asociación DOCUPERU.

Talía Vidal Fernández

Co-directora de Futari Proyectos y miembro de la Red Iberoamericana de Investigadores en Anime y Manga. Redactora en la revista Sugoi. Docente en temas de cine japonés como el taller “La filmografía de Akira Kurosawa” y el taller “Universo Kawase: el cine como depósito de memorias” como parte de Futari Proyectos y la asociación DOCUPERU. Invitada como ponente en conversatorios sobre Cine Japonés en espacios culturales y en la Jornada Cultural de Japón de la PUCP, en la Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África, ALADAA 2019. Estudiante de Historia del Arte en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

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