Django desencadenado (2012), dirigida por Quentin Tarantino, es una película donde el cineasta estadounidense reúne los códigos de diferentes géneros cinematográficos bajo la imagen del western, tanto en su versión norteamericana como en la europea.
Confrontación de códigos y estilos

Desde el título, la película propone un encuentro y una posible – e inevitable – confrontación. La referencia a la película de Sergio Corbucci (clásico del spaghetti western), se encuentra con elementos de películas de reivindicación y violencia cruda (el blaixplotation de la década del sesenta). Camuflando guiños, burlas y homenajes dentro de su estructura narrativa, ambos subgéneros transitan en un contrapunto que va de la convivencia a la búsqueda de prevalencia sobre el otro.
Como en su película previa (Bastardos sin gloria, 2009), Tarantino utiliza una estructura similar, aproximando la narrativa de la película a un lugar y un momento histórico específicos: el sur de Estados Unidos en los dos años previos a la Guerra Civil, tomada solo como excusa y no con intenciones revisionistas.
Viajes, aprendizajes y aventuras

El esclavo liberto Django (Jamie Foxx) y su mentor, el alemán King Schuldtz (Christoph Waltz), emprenden un camino de aprendizaje conjunto y venganza personal. Django aprende las artes del cazarrecompensas gracias a Schuldtz, quien transmite sus conocimientos como un maestro benevolente y juicioso, capaz de admirar los progresos y cuestionar los reparos del discípulo. Gracias a Django, Schuldtz podrá cumplir con una misión verdaderamente altruista: rescatar a su esposa Broomhilda (Kerry Washington), quien todavía está esclavizada en alguna hacienda del sur de Estados Unidos.
Django desencadenado, también tiene elementos de gran aventura. La tarea definitiva de un Sigfrido negro – como menciona Schuldtz -, del héroe creado para salvar a su amada y acabar con los villanos. Es además, el enfrentamiento con el poder y la opulencia que marcan la opresión. La hacienda Candyland y su propietario, Calvin Candie (Leonardo DiCaprio), grafican ello. Su presencia señala las estructuras sociales que propician el sometimiento físico y espiritual de las personas, es decir la esclavitud. Ello es acompañado además por Stephen (Samuel L. Jackson), el “negro con alma de blanco” que secunda a su amo Calvin y que dirige los destinos de la propiedad desde las sombras.

Django desencadenado no es una película histórica. Es una amalgama de géneros cinematográficos confrontados que – estos sí – replantean el legado de algunos títulos emblemáticos como Lo que el viento se llevó (Victor Fleming, 1939) y El nacimiento de una nación (David W. Griffith, 1915). Aunque su desenlace es irregular y accidentado, Taratino consigue salvar el conjunto con el desarrollo individual de las historias de los personajes.