Pienso en el final (I’m thinking of ending things, 2020), es la nueva película dirigida por Charlie Kaufman. El guionista y director neoyorquino – responsable de películas como Eterno resplandor de una mente sin recuerdos (2004) y Anomalisa (2016) – desarrolla aquí un recorrido sensorial por la memoria emocional de sus personajes.

La obra del autor

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Las películas de Kaufman (las escritas y las dirigidas), apelan a una narrativa dispersa, casi dislocada, como un ejercicio de memoria donde las conexiones entre un recuerdo y otro no tienen un orden específico. Pienso en el final, tiene estas características, un relato sustentado en los recuerdos y anhelos de sus personajes. Como Anomalisa y Adaptation (2002), se trata de la adaptación de una novela, aunque Kaufman es más conocido por sus guiones originales. 

El recorrido de los personajes

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La pareja de novios, Lucy (Jessie Buckley) y Jake (Jesse Plemons), inician un viaje en carretera durante el invierno para visitar a los padres de Jake. Desde el inicio, se plantea una relación tensa entre ambos. Intelectuales y reflexivos; plantean sus puntos de vista con firmeza y cautela para evitar herirse. El uso del monólogo interior en el caso de Lucy es fundamental para seguir la película, recurso que ayuda a evidenciar paulatinamente lo que oculta cada uno.

Lucy, quien no termina de asumir la relación que ha iniciado, va manifestando sus temores de manera progresiva. Su presencia como eje narrativo, se diluye al punto de dejar a Sam en el centro y mostrarlo como centro de un artificio. Artificio de la emoción, construido en base a las expectativas de vida de Jake, vinculadas a sus padres, su desarrollo profesional y la vida en pareja.

Viajes de memoria y subjetividad

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El viaje en carretera, primero durante el atardecer y luego en la noche, es una alegoría  notable de los vínculos de pareja; donde la incertidumbre está en la forma de llevar el camino más que en los puntos de llegada y final. El uso dominante de espacios cerrados como la cabaña de los padres de Jake, una antigua escuela, entre otros, aumentan la sensación de encierro y de estancamiento en el pasado.

Recuerdos que ocultan frustración, entre otros caracteres peligrosos que Kaufman sabe manifestar con abundante subtexto en las miradas y gestos de los personajes; en los diálogos y principalmente mediante una paleta cromática variada basada en el uso psicológico del color, que destacan en los momentos más oníricos de la película.

Pienso en el final, resulta inquietante en el planteamiento de la incertidumbre  individual; en sus tópicos aparentemente inconclusos y en las máscaras de las expectativas hacia los demás.

Lic. en Ciencias de la Comunicación y programador del Cineclub de Lambayeque. Ha sido curador y programador del insólito Festival de Cine de Terror y Fantasía y del Festival de Cine Universitario "El cine que nos mueve".