No mires arriba es la nueva película de Adam Mckay que se ha convertido en uno de los éxitos más grandes de Netflix. Su elenco lleno de estrellas y su inusual trama post-apocalíptica, ha llamado la atención del público y la crítica. Nominada a cuatro premios Óscar, incluyendo Mejor Película.
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Millonarios del mundo, uníos
Desde el elenco de la película, que incluye a Leonardo Di Caprio, Jennifer Lawrence, Meryl Streep, Cate Blanchett, Jonah Hill, entre otros, vemos una propuesta de alto despliegue de la película. Algunos de ellos con actividad pública a favor de causas sociales y medioambientales, muestran aquí una contraparte burlona de esa vida pública. El tono satírico de la película asume así también una postura de superioridad, de reclamo ante unos subestimados espectadores, inertes ante la tragedia inminente, aunque los presuntos superiores tampoco ponen en práctica sus discursos.
El meteorito detectado que amenaza la existencia de la humanidad es la metáfora del cambio climático irreversible, ese que se ajusta a la medida de los discursos políticos de turno sin que haya soluciones claras al respecto. El aprovechamiento económico y mediático de la tragedia también está dentro del cálculo. El media training como paradigma de la manipulación de masas y capitalización de los hechos más horrendos a favor del prestigio personal, evidencia los propósitos de la película.
El paraíso de las imágenes y las buenas intenciones

Los dos científicos descubridores del meteorito, interpretados por Lawrence y Di Caprio, se ven apabullados por el mundo construido a través de las redes sociales y los medios de comunicación. El algoritmo, sin embargo, les da un tratamiento diferente. Di Caprio es validado y asimilado como la voz de la razón y autoridad oficial especializada en el tema. Lawrence, en cambio, es neurotizada y ridiculizada pese a su mirada mucho más realista y tremendista del problema.
Machismo estructural que la película resalta en muchos otros momentos, como en la mujer presidente de Estados Unidos – personificada por Meryl Streep, quien evoca con guiños y todo a Donald Trump -, que a pesar de su cargo no puede dejar de ser la madre sobreprotectora de su hijo de 30 años de edad. O también con el empresario que interpreta Mark Rylance (el mejor personaje de la película), de apariencia neutral, quien se adjudica el conocimiento y la tecnología de las que depende la vida y la privacidad de las personas.
Camino sin retorno
Todas las campañas mediáticas, los conciertos benéficos, el negacionismo de redes sociales, las idas y vueltas de trending topics, finalmente resultan inservibles ante la realidad inminente. El mundo se acabará sin dejar mayor testimonio de nuestra especie. Ni las posiciones de superioridad o de advertencia razonables estarán ahí para saberlo.
Adam Mckay está habituado a construir personajes y situaciones satíricas y absurdas. Sin embargo, en No mires arriba, la propuesta es muy irregular en este planteamiento. Por momentos es demasiado explícita y en otros, prefiere marcar neutralidad hacia asuntos importantes. Aunque es una película de desastres anunciados, no destaca en el apartado visual, más bien busca soportarse en las relaciones enfermizas entre los personajes. Pero los actores lucen mayoritariamente exagerados, incluso en un registro más allá de la caricatura. Sorprende su nominación a Mejor Película y a Guion Original, quizá debido más a su popularidad que a sus méritos artísticos.
Ficha técnica de No mires arriba
Titulo: No mires arriba
Año: 2021
Duración: 138 minutos
Dirección: Adam Mckay
Elenco: Leonardo DiCaprio, Jennifer Lawrence, Meryl Streep, Cate Blanchett, Jonah Hill, Rob Morgan, Mark Rylance, Tyler Perry, Timothée Chalamet, Ron Perlman, Ariana Grande.